No xornal La Voz de Galicia aparecen
habitualmente uns artigos de Cristóbal
Ramírez onde descobre lugares naturais pouco coñecidos e interesantes para
percorrer a pé ou en bicicleta. Hai varios deles dedicados ao concello de Ordes.
Este foi publicado o 20 de marzo de 2021.
Carretera N-550 a A Coruña. Recta de llegada a Ordes. Bar Orense a la derecha. Y
pegada a él arranca una pista ni ancha ni estrecha, con excelente firme
descendente. Ese es el comienzo de una excursión por tierras de Ordes donde
contagiarse del covid -sí, esto no ha terminado y no hay que bajar la guardia- semeja
imposible. Aire libre, naturaleza, historia y patrimonio.
En fin, se
alcanza una vega muy fértil y relajante, regada por el río Fraga (a algo menos
de un kilómetro), y se siguen otros 1.400 metros en suave
ascenso -ojo a una magnífica casa de piedra a la derecha- para llegar a un
cruce. Ahí a la izquierda ya hay un espacio muy amplio, cercado, para que los
más pequeños correteen un rato y, de paso, admiren un original y notable
ejemplar de cruceiro. Al otro lado queda la iglesia de Santa Eulalia de Pereira, de tamaño respetable, finalizada cuando remataba 1890, según explica
una larga inscripción en su sobria fachada. A pesar de su evidente modernidad,
los cuatro contrafuertes le dan una imagen más antigua.
Una vez hecha
la parada, de frente, descendiendo. Medio kilómetro más adelante aparece una
amplia área con barbacoas, mesas y bancos. Quizás precise un corte de hierba,
pero el verano aún no llegó.
Y 50 metros después se
cruza el Rego da Ponte. O para ser más exactos, no se cruza. Se aparca el coche
y se desciende hasta el agua para ver el puente medieval de Pereira, descrito
en más de una ocasión por peregrinos que recorrían el Camino Inglés. Porque en
efecto, a partir de ahí se sigue esa ruta jacobea. Pero en fin, uno piensa en
quién fue el chapuzas que permitió que el puente nuevo esté prácticamente
encima del que suma varios cientos de años, en una muestra de evidente
desprecio por la historia de este país. Y desde luego, cómo la Dirección Xeral
de Patrimonio lo consintió.
Dos
centenares de metros más allá un mojón invita a desviarse por pista más
estrecha a la diestra, y a los 500 metros -ojo al precioso bosque de la
izquierda- un segundo mojón obliga a aparcar y andar. Y ante los ojos, un largo
tramo medieval que ha desaparecido como tal entre ese principio y el fin. O
sea, cuando discurre entre la repoblación de pinos.
Ese aroma medieval se vuelve a respirar al ascender
tras la pequeña corriente y ganar la pequeña aldea de As Carrás (ojo a la casa
con horno) y subir 450
metros por una congostra
impresionante. Al llegar a arriba de todo se pisa el ayuntamiento de Oroso. Y
todo ello, muy accesible para los más pequeños de la familia.
Para no tener
que desandar lo andado hay una solución: seguir el Camino Inglés diez minutos,
hasta la parada de bus de Baxoia, y que alguien del grupo no haya puesto un pie
delante del otro sino que con el coche se hubiera dirigido a Santiago y en
Deixebre se desviara a la izquierda, bordeando la gasolinera, y siguiera todo
recto: dará en Baxoia, justo en la parada de bus.
Cristóbal Ramírez
COMIENZO: Bar
Orense 43°03’28’’ N 8°24’56’’ W
LA AVENTURA: Explorar el bosque medieval.
LA FOTO MÁS PERSONAL: En el puente Pereira.
EL PASADO: El puente y el tramo medieval
vieron pasar a la primera inglesa peregrina de la que hay noticia, Margery
Kempe, en 1417.
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