En febreiro de 1931 (antes da proclamación da república) Ordes viviu
unha conflitiva sesión de investidura. Era alcalde Juan Liñares Iglesias, en aquel momento próximo aos republicanos de
centro polo que contaba coa simpatía de La Voz de Galicia e a antipatía
doutros xornais como o católico El Ideal Gallego. Nesta lide entrou
o tamén republicano El Pueblo Gallego de Vigo atacando a Liñares.
Cunha mestura de artigos aparecidos en distintos xornais da época podemos ter unha idea aproximada do que pasou.
LA VOZ DE GALICIA 1-02-1931
LO
QUE DICE UN PERIÓDICO VIGUÉS Y LO QUE CONTESTA EL SECRETARIO.
El secretario del Ayuntamiento de Órdenes, D.
José A.
Louro, nos envía copia literal de una carta que dirige al director
del diario vigués "Pueblo Gallego", con motivo de haber publicado
este periódico un comunicado que le había sido remitido desde la referida villa
acerca de política municipal en aquel Ayuntamiento.
Contestando a las aseveraciones que en ese
escrito se establecen, dice que lo ocurrido fue que, habiéndose presentado una
reclamación para declarar la incompatibilidad de uno de los concejales se
convocó a reunión extraordinaria del pleno, la cual se celebró en segunda
convocatoria por no haber concurrido a la primera número suficiente de ediles.
Habla luego de que algunos concejales que no
habían asistido al acto celebrado reglamentariamente, irrumpieron en la mañana
del mismo día en el salón de sesiones, capitaneados por un cacique y
acompañados del médico y de parientes de uno y otro se constituyeron en
concejo, con alcalde y secretario "ad hoc", que entre si designaron,
extendiendo la correspondiente acta.
Además, trataron de que el notario diese fe
del acto, habiéndose negado a ello dicho funcionario.
Sigue diciendo que el comunicante -el secretario,
señor Louro- que, al informarse de lo que ocurría, bajó al local y requirió a
esos señores para que lo desalojaran, solicitando para ello el auxilio del
teniente de la Guardia Civil.
Niega que, al hacer tal requerimiento, los
haya amenazado con encarcelarlos, y termina diciendo que el acto realizado por
los aludidos señores constituye una usurpación de funciones, lo cual les hizo
notar como era su deber, aunque ellos no lo ignoraban pues figura entre los
mismos un abogado.
LA VOZ DE GALICIA 4-02-1931
RÉPLICA
A UNA CARTA.
El abogado de Órdenes don Domingo A. Moar
nos dirige una carta en que rebate otra del secretario de aquel Ayuntamiento de
la que nosotros no hicimos sino una referencia, acerca del funcionamiento de la
Corporación Municipal.
El comunicante, a quien no hemos citado en la
nota en que se recogieron algunos extremos de la misiva del secretario,
responde a alusiones de este y hace minuciosa relación de hechos y aun algunas
consideraciones de derecho para sentar la conclusión de que la intervención que
a él se atribuye se limitó a su condición de letrado, que recibe frecuentes
consultas que procura evacuar sin hacer política y sin separarse de su leal
saber y entender.
Analiza la doble acepción de la palabra
cacique, reservando para si la que significa, según su definición, resolver,
consultas, asesoramientos, etc., en el terreno jurídico, para rechazar la que
le da la palabra al uso.
Explica como se constituyó en sesión el
Ayuntamiento dentro de la más perfecta legalidad, para tratar de la
incompatibilidad planteada respecto al alcalde García Bermúdez por ser este
representante de la Tabacalera en el partido.
Hace desviar la ilegalidad hacia el proceder
del secretario, que se negó a actuar en sus privativas funciones, llegando a
increpar -según él- al notario que acudió a dar fe y a los propios concejales.
La extensión del documento del señor Moar hace
imposible que lo publiquemos íntegramente. Tampoco hemos insertado íntegra la
carta del secretario, ni mucho menos, sino un extracto de lo más sustancial,
que es lo que al lector interesa.
Creemos que es cuestión para nosotros
terminada, ya que cada cual ha tenido en estas columnas el espacio máximo que
al asunto se podía conceder y no es procedente la dúplica.
Sobre todo en un asunto tan personal y
privativo que surgió en otras columnas que no fueron las nuestras.
EL IDEAL GALLEGO
Hoy (día 6 de
febrero) se celebró la elección de alcalde. Para conseguir que saliese
triunfante el que le correspondía cesar, fueron destituidos arbitrariamente
cinco concejales que estorbaban. En su lugar fueron designados otros concejales
que mejor se prestaban al amaño caciquil.
Como se corriera la voz por el pueblo de que
se iban a cometer nuevos atropellos, el público invadió el salón de sesiones
prorrumpiendo en grandes protestas al ver burlada la voluntad popular. En vista
de esta actitud fue requerida la fuerza pública por el alcalde señor Liñares,
que invocaba una autoridad de la que carecía.
Merced a la prudencia de personas respetables
se logró serenar el espíritu público, evitándose un día de luto a esta villa,
calmándose con ello los ánimos excitadísimos de la juventud como consecuencia
del atropello a la ley y del ataque a la legalidad en este municipio.
Ante elecciones como las que se anuncian los
perjudicados recurrirán al Tribunal de Actas en demanda de justicia.
Los siete concejales antiguos designaron el
alcalde y, como arreciase el tumulto, dos parejas de la Guardia Civil
despejaron al público celebrándose la sesión a puertas cerradas eligiendo
alcalde a don Juan Liñares. Constituyen con este la comisión permanente los
tenientes de alcalde señores Moar, Ramos y Verea.
EL PUEBLO GALLEGO
LA
CACIQUIL Y GROTESCA CONSTITUCIÓN DEL AYUNTAMIENTO
Por los procedimientos y en la forma que ya
conocen los lectores del EL PUEBLO GALLEGO, tuvo lugar el día 6 del actual la
constitución del Ayuntamiento de esta villa, y para corroborar con hechos
concretos la exactitud de la información aludida, facilitamos la siguiente
lista de la flamante Corporación, fruto de un acto caciquil tan monstruoso, que
al decir de las gentes, es el más monstruoso de todos los que se han registrado
en la historia de este pueblo.
Primero.- Alcalde, don Juan Liñares, como mayor contribuyente. En la lista actual le
corresponde el número 1 por haber sido alcalde de R O, pero como contribuyente
hace el número 11. Se pasó por encima de diez señores para nombrarle a él
concejal. Es incompatible por haber sido juez municipal desde primero de marzo
a 31 de mayo de 1930 (caso sexto del artículo 85 del Estatuto Municipal
declarado vigente por el Gobierno).
Segundo.- Primer teniente de alcalde, don Antonio Ramos Insua, que aunque
ex-concejal por elección, por el artículo 29 de la ley de 29 de enero de 1922,
no le corresponde ser nombrado por estar cubiertos los puestos del distrito
tercero que fue el de su proclamación.
Tercero.- Segundo teniente don Antonio Moar Veiras, ex-concejal con
derecho a serlo ahora.
Cuarto.- Tercer teniente, don Antonio Verea Fandiño, mayor
contribuyente con derecho a ser concejal.
Quinto.- D.
Domingo García Ferreiro, ex-concejal de elección directa de 12 de febrero
de 1920, con derecho a serlo ahora, pero que se abstuvo de votar por ser ilegal
la constitución.
Sexto.- D. Evaristo Gil Calvo en las mismas condiciones que el anterior, que
también se abstuvo de votar, por considerar era ilegal la constitución.
Séptimo.- D. Juan Calvo Conde ni es ex-concejal de 1917 a 1923, ni mayor
contribuyente y por lo tanto no le corresponde ser nombrado.
Octavo.- D. Pedro Areoso Pena, ex-concejal con derecho a serlo ahora.
Noveno.- D. Saturnino López Viqueira, mayor contribuyente número 30, según
consta, y 46 según la lista.
10.- D. Ramón Calvo Pérez, mayor contribuyente número 46 según cuota, si no se dio de
baja, que no estamos seguros y 49 según la lista de compromisarios.
11.- D. José
Barreiro Recouso, número 30 de la lista por cuota y 34 por orden de la ley
vigente.
12.- D. Antonio
Varela Fernández que no es concejal ni mayor contribuyente.
Estaba tramado formar el Ayuntamiento el día
5, y designados concejales como mayores contribuyentes don Domingo Juncal Bermúdez, número 41 de la lista, y don Manuel García Suárez, número 46, a los cuales les fue
sorprendida la firma de la sesión, diciéndoles que se trataba de la
convocatoria. Pero como dichos señores renunciaron ante notario el día anterior
tuvo que procederse al amaño de la sesión del 6, puesto que hubo de nombrarse a
otros señores.
No se explica hayan procedido a la
constitución del Ayuntamiento tan ilegalmente, aunque se supone fue
atribuyéndoles renuncias a los señores saltados en la lista de mayores
contribuyentes y algunos como don Rogelio Prado le fue entregada la credencial en fecha posterior al día que había de
posesionarse, con lo cual le considerase como dimitido.
Debo todos estos detalles a los habitantes de
este municipio que leen con avidez EL PUEBLO GALLEGO y demás periódicos para
enterarse de la magnitud de los atropellos de que están siendo víctimas.
Exceptúase cierto periódico de la ciudad herculina, del cual es corresponsal el
alcalde tan ilegalmente elegido, que llega al colmo de falsear los hechos,
diciendo que a la salida de la sesión fue aclamado por el pueblo. Recomendamos
al colega que no se deje sorprender por "informador" tan
interesado.
De todo esto se enviará una documentada
reclamación al Tribunal de Actas que no dudamos hará justicia. Mientras tanto
alegrémonos de que la cordura y serenidad de la Guardia Civil y de algunos
vecinos hayan evitado que el día 6 de febrero fuese escrito con sangre en la
historia de este pueblo.
El inspirador y autores de tanta iniquidad
pueden estar orgullosos de su triunfo. Una vez más la voluntad del pueblo ha
sido burlada.
Juan Liñares (1885-1951),
empresario e banqueiro, foi o pai do futuro alcalde Juan Liñares Castro.
Era cuñado de Antonio Ramos (1876-1943), o
propietario da pousada do Mesón do Vento, e curmán de Antonio Concheiro,
aludido por La Voz de
Galicia.
Domingo A.
Moar (1871-1939), avogado de rica familia de Buscás, foi o cacique local
despois da morte de Saturnino Aller. En 1931 estaba enfrontado a Juan
Liñares, co que por certo compartira postos directivos na Unión Patriótica (o
partido da ditadura) dous anos antes.
Antonio Verea (1883-1970) foi
o patriarca dos Verea. Domingo García era un rico propietario de
Poulo e Evaristo Gil un poderoso gandeiro tamén de Poulo, pai de José Gil Viqueira
(Calle nº 9) e avó dos Gil Veiras.
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