sábado, 17 de abril de 2021

A visita do gobernador

  Velaquí un interesante artigo publicado en La Voz de Galicia o 28 de Xullo de 1891, que narra dun xeito bastante divertido a visita a Ordes do gobernador civil Maximiliano Linares Rivas nun complicado momento político no que o cacique do distrito, Saturnino Aller, a pesar de pertencer ao Partido Liberal, estaba apoiando aos conservadores.
 
Sr. Director de LA VOZ DE GALICIA
  Distinguido amigo: A las doce de la mañana del 23 llegó a esta localidad, procedente de esa capital, un ripert con 20 músicos y danzantes.
  Pertenecían aquellos a la banda de Luzón y les acompañaba el oficial primero del Gobierno Civil D. Ponciano Rodríguez y el procurador de este juzgado D. Policarpo Rivas Godoy.
 
  Divulgada la noticia de que tales viajeros venían contratados para dar serenata al Sr. Linares Rivas durante su corta estancia en esta villa, el vecindario se apercibió a contemplar como el ex-secretario de este municipio, Sr. Aller, preparaba, con celo digno de alimentista neófito, alojamiento para los forasteros, viandas para el banquete político y elementos para una espontánea recepción entusiasta.
  La ovación no resultó, porque los chicuelos, gratificados con perras chicas, se cansaban de dar vivas y de hacer ruido, y aún tornan los vivas en mueras si hay quien les de perras grandes, como aconteció aquí.
 
  A las siete y media de la tarde llegaron el gobernador, su inseparable hija, su agradable doncella, el comandante de la Guardia Civil señor Obrador y los señores Amigo, Vázquez, Rodríguez y Aller, que habían salido en coche una hora antes.
  En el domicilio de este último se hospedó el gobernador con su familia.
  La serenata comenzó a las nueve de la noche con escasísima concurrencia de curiosos.
 
  Entretanto se celebraba el banquete, al que asistieron los siguientes comensales:
  Señor Linares, su hija señorita Daniela, su doncella, señor comandante de la Guardia Civil don Antonio Obrador, oficial primero del Gobierno Civil D. Ponciano Rodríguez.
  En representación del Ayuntamiento de Trazo: D. Juan Liñares Camuerga y su hijo D. Gumersindo; por el de Oroso, D. Jacobo de la Iglesia y D. Jesús Varela; por el de Mesía, D. Ricardo Vázquez; por el de Frades, D. Antonio Garea; por el de Tordoya, D. Antonio Mosquera; por el de Buján D. Juan Amigo Fontán y su hijo D. Celestino; por el de Cerceda, D. Manuel Pedreira Álvarez; por el clero, el cura párroco de Lavín D. José Queipo, y no llegamos a saber a quienes representaban los sres. D. Manuel Astray López, Saturnino Aller Rodríguez y Policarpo Rivas Godoy: total 19 comensales.
 
  Observarán nuestros lectores, que no tuvo Órdenes representación en el banquete, y nadie con más derecho podría hacerlo que D. José Pena Frape, alcalde presidente del municipio de esta localidad, pero nos aseguran, que su amo D. Saturnino, lo tenía ocupado en la cocina disponiendo el menú.
  No pudo, en verdad, llegar a menos la alcaldía de Órdenes.
  Parece que no hubo brindis, para evitar que salieran a la superficie las disidencias que dividen a los comensales.
  No obstante, uno de estos pidió que en el reparto de consumos no se incluyese a los curas de Trazo.
  La proposición es digna de los conservadores.
  No he podido averiguar si brindó la doncella del gobernador por la salud de la señora gobernadora, porque acerca de tan delicados extremos guardan los convidados impenetrable reserva.
  
  A las doce de la noche terminaron comida y serenata, y cada mochuelo se retiró a su olivo.
  A las cinco de la madrugada la música tocó diana en la carretera.
  Algunas bombas anunciaron la salida de los viajeros para Santiago.
  Cuando llegaron a Sigüeiro advirtió la señorita Daniela que se habían quedado en Órdenes sus zapatillas.
  ¿Para qué sirve la Guardia Civil? Para hacer una jornada en busca de las zapatillas de las hijas de los gobernadores aficionados a viajar en familia.
  La Guardia Civil llenó esta misión cumplidamente.
 
  Resulta demasiado extensa esta carta, y por eso dejo para otra ocasión el ocuparme del aumento de gastos en los presupuestos municipales, de la consignación de sueldos para oficiales que no existen más que en la nómina y de otros asuntos de dinero que han de dar motivo a comentarios y disgustos.
  Puedo anticiparle que la moralidad de los conservadores no se ha dignado todavía hacer una visita a este distrito. Suyo afectísimo.
EL CORRESPONSAL.
Órdenes, Julio 25 de 1891.

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