En marzo
de 1932 Facenda desestimou un
imposto sobre viños que impuxera a Corporación de Ordes e que, obviamente,
amolara aos comerciantes. Velaquí unha carta enviada por un deles ao xornal La
Voz de Galicia e publicada o 12 de marzo.
LA JUSTICIA SE IMPONE. -A MODO DE
COMUNICADO
Tiempo era que los caciques se den
cuenta de que con el gobierno de la República no pueden triunfar sus anticuados
métodos y caprichos, vulnerando y conculcando las leyes en perjuicio de los
sufridos vecinos de esta villa.
Nadie ignora en este término municipal cuales son los
"señores" que a voluntad y en todo momento que deseaban hacer sentir
al pueblo su mentido poderío, lanzaban contra el contribuyente sus iras. Pero,
para que tras las fronteras de este municipio haya alguien que no conociese
estos atropellos, daremos cuenta del intento de uno que no pudo prosperar
porque la justicia se impuso y que pasamos a detallar.
La Corporación municipal, queriendo hacer uso de tal cacareado recurso
de enchufismo, inventó tres clases de empleados, denominados gestor y agentes
del arbitrio de vinos para la exacción del mismo con el sueldo de cinco mil
pesetas, que entraron en el ejercicio al día 1 de enero del año actual, y a los
que, sin otros requisitos legales se les dotó con flamantes gorras de plato en
cuyas frontes campeaban las iniciales A. M., sinónimas de "Arbitrio
Muerto", como precursoras de lo que había de suceder. Y decimos que tales
nombramientos fueron tres improvisaciones por cuanto el gestor es hermanos del
segundo teniente de alcalde; uno de los agentes, hijo de un concejal y el otro
jardinero del padre del alcalde*. Nada hablamos hoy de incompatibilidades que
reservamos para otro artículo.
Ahora bien ¿de dónde iban a salir las pesetas para el pago de estos tres
cargos? La Corporación, previsora siempre y contando con los notables recursos
del asesor no halló mejor medio que poner en práctica el único capaz y seguro
de aniquilar al comercio de esta villa. Así que para ello en el presupuesto que
confeccionó para el año actual, la consignación de 2.000 pesetas que como
ingreso venían figurando como producto de arbitrios sobre introducción y
consumo de vinos la eleva a la exorbitante suma de 12.000 pesetas. Se produce,
pues, un aumento de 10.000 pesetas sin base ni fundamento legal, con grave daño
para el comercio de Órdenes.
Los caciques, como al principio decimos, no se dieron cuenta de que todo
el pueblo cansado de sufrir (pues son siempre los mismos perros con distintos
collares, ya que tan pronto son de la dictadura como republicanos) llega a romper
las cadenas, y, con la justicia por bandera, hacer valer y respetar sus
derechos. Así ocurre que, ante el insólito caso del aumento del citado
arbitrio, varios industriales, amantes y defensores de los intereses del
vecindario, que son los suyos, produjeron fundada reclamación ante el digno
señor delegado de Hacienda, que estimándola justa y legal la resolvió en
sentido favorable para el comercio de Órdenes, demostrando con su justiciero
fallo a nuestros ediles que el absolutismo ha desaparecido y la justicia hay
que acatarla.
Repetidas veces hemos oído decir al cacique máximo:
-Mi misión está por terminar; mi misión
termina con este o con el otro asunto.
¿Será esta la cierta? Aproveche la propicia ocasión que este asunto le
da: dimita y dedíquese al ejercicio de la profesión y tal vez será más útil a
la humanidad.
Un
industrial suscriptor
* O alcalde desde 1931 era o médico Antonio Concheiro Iglesias. O seu pai era
Antonio Concheiro Rodríguez, tamén médico.
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