martes, 27 de febrero de 2018

A carta da discordia

  O 18 de outubro de 1916 o nome de Ordes volveu soar nas Cortes de Madrid. Alejandro Lerroux fíxose eco dunha carta que lle mandou -supostamente- o xuíz de primeira instancia do noso distrito. Esta carta, publicada logo nalgún xornal, dicía así:

  «Ignoraba yo que la política en Galicia sirviera para encubrir asesinos y estafadores. Pero en esta región existe un caciquismo tan intolerante, tan altanero, tan despótico, que todo funcionario público que no esté de acuerdo con la política de baja estofa al uso del país se expone a ser trasladado o denunciado. Esto me pasa a mi, QUE POR NO PRESTARME A PONER A LOS ASESINOS EN LIBERTAD y descubrir en un sumario por asesinato que un cacique había estafado 13.000 reales a Domingo Viqueira, encartado en la causa, con el pretexto de que interponiendo su influencia saldría en libertad, aquel ruin cacique, al ver frustrados sus maquiavélicos planes, sufrió tal perturbación, que comenzó, con voces estentóreas y en plena Calle Real de esta villa, a decir que el juez de primera instancia, refiriéndose a mi, era un albañil pagado por el Estado. Le procesé por injuria, y para evitar que le sentara la mano telegrafió al diputado a Cortes por este distrito (Ordenes-La Coruña), y, no contento con esto, me denunció buscando un asalariado, y aquí tiene usted nombrado juez especial para Ordenes, todo por cumplir con mi deber, por no prestarme a contubernio con esos miserables.
  Otro de los motivos que impulsaron a denunciarme a esas alimañas ha sido que al celebrarse un baile público en la Calle Real de esta villa el día 17 del pasado por la noche, como no tenían el correspondiente permiso, trató el sargento y dos guardias civiles del puesto de esta villa de disolverlo, y al verificarlo, el juez municipal, don Domingo A. Moar Veiras*, cacique político de aquí, y el fiscal municipal, don Juan Liñares Iglesias, hijo del famoso cacique de Trazo, don Gumersindo Liñares, indujeron a los concurrentes al baile a que insultasen y agrediesen a la Guardia Civil, como así se verificó, instruyéndose sumario, en el que interviene la autoridad militar.
  El juez municipal antecitado, señor Moar, para echar tierra al asunto, ha confesado a medio de acta que se hallaba embriagado, y pidió perdón al sargento por su criminal actitud en la noche de referencia. Mucho me temo que estos perversos, poniendo en juego toda su influencia política, conviertan en agua de borrajas todos los actos punible por ellos realizados y paguemos los vidrios rotos el sargento de la Guardia civil, don Policarpo Galán, este ya trasladado, y un servidor de usted, como juez de primera instancia.
  Ahora se abrirán las Cortes, y ustedes, portavoces de la opinión pública, representantes del país, en quienes encarna la soberanía popular, hablarán claro al ministro de Gracia y Justicia y al de Guerra de las brutalidades cometidas por estos odiosos caciques, cuya tiranía nos degrada y envilece, y sin cuya desaparición no habrá honradez ni sosiego para el honorable ciudadano».

  Juan de Alvarado, que apenas levaba unha semana como ministro de "Gracia y Justicia", respondeulle que investigaría o tema pero que o xuíz non seguiu o procedemento axeitado nesa queixa. Lerroux contestou entón que non garantía que a carta recibida fora escrita polo xuíz e protestou contra a ameaza implícita nas palabras de Alvarado, que por suposto negou tal ameaza e engadiu que "La justicia se hará sin atender a más que a que la verdad resplandezca".
  Ao día seguinte contraatacaba o recente deputado por Ordes, Alfonso Senra, manifestando que o xuíz, expedientado polo Tribunal Supremo, revolvíase airado contra todos, así que esixía que ese expediente fose tramitado con celeridade, que se cesase ao xuíz e ao escribán e que se revisase a súa actuación anterior para constatar que non houbera outras irregularidades.

 Foi enviado a Ordes o xuiz José Morandeira Rico, pero ignoramos como rematou a súa investigación porque sorprendentemente o tema, un mes despois, xa non lle importaba a ninguén. Misterios da política! 

* Domingo Antonio Moar Veiras (1871-1939), avogado, foi alcalde en 1910 e 1917 e xuíz municipal. Gran referente da dereita máis dura en Ordes. A súa afección pola bebida era notoria.

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