martes, 22 de mayo de 2018

A voltas co reloxo

  Pifartos era, a finais do século XIX e principios do XX, un personaxe protagonista de chistes (como agora Jaimito) e foi tamén o pseudónimo do xornalista Javier Valcarce que escribía no xornal "El Ideal Gallego" unha sección satírica chamada "Prosas rimadas".
  Neste poema publicado o 16 de agosto de 1919 menciona o reloxo de Ordes e non é difícil notar a crítica ao inmovilismo que (segundo os conservadores) sufría o distrito de Ordes, perennemente gobernado polo liberal Saturnino Aller. 

AL ALCALDE DE ÓRDENES

  Mi estimado Alcalde,

mi querido amigo:

de esa hermosa villa

me escribe un vecino,

todo acongojado,

todo entristecido,

porque dice que hace

muy cerca de un siglo

que ese reloj público

ha enmudecido,

y además se encuentra

todo paralítico.

No toca, ni anda;

siempre está lo mismo,

muy grave, impertérrito,

marcando las cinco,

y de ahí no sale

ni con cuatro tiros.

Y, lo que me dice

el triste vecino:

un reloj de torre,

que no da ni pío,

y a mayor desgracia,

se encuentra tullido,

¿para qué demonios

sirve el pobrecillo?

  Hombre, se comprende

que si el relojito

fuese, tan siquiera,

un objeto artístico,

se le exhibiese,

de un modo continuo,

a los forasteros,

que al verlo en su sitio,

dirían, pasmados,

-¡Caray!.. ¡Qué bonito!

¡Lástima que sea

tan delicadillo!..

  Yo, señor Alcalde

lo contrario opino

Ese reloj público

es un simbolismo.

Así ser debieran

todos los políticos:

firmes, inmutables,

de ideales fijos,

sin cambios ni cálculos

acomodaticios,

siempre imperturbables,

y en el mismo sitio,

cual las manecillas

de ese relojito.

Señores, me asombra

su eterno mutismo,

su férrea firmeza

clavada en el disco.

¡Ni una "campanada"!

¡ni un nervio movido!

¡siempre inalterable

marcando las cinco,

así caigan chuzos

y rayos benditos!

Eso, amigo Alcalde,

¡es un heroísmo!

¡Qué reloj tan noble,

mi querido amigo!

  Hombre, una ideíca

que se me ha ocurrido.

Mande el reloj ese

a un museo antiguo

y ponga otro nuevo

en el mismo sitio.

Así ganan todos,

el Museo artístico,

el recuerdo histórico,

y ese distrito.

¿Hace la "ideíca"?

Pues, con su permiso,

saludo, me ofrezco,

y al fin me retiro.

                      PIFARTOS

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