No xornal La Voz de Galicia aparecen habitualmente uns artigos de Cristóbal
Ramírez onde descobre lugares naturais pouco coñecidos e interesantes para
percorrer a pé ou en bicicleta. Hai varios deles dedicados ao concello de
Ordes. Este foi publicado o 12 de outubro de 2025.
Escribió sobre la aldea de Os Carrás, hoy municipio de Ordes, el
mismísimo padre Sarmiento en el siglo XVIII tras recorrer, entre otras de
Galicia, las tierras de la comarca compostelana. El gran intelectual hacía el
Camino Inglés en sentido contrario, no por nada relacionado con la
peregrinación sino porque esa era la vía para ir directamente al norte (había
otro camino procedente de las cercanías de Betanzos). Además, resulta muy
probable que al menos el tramo que se conserva durante un kilómetro en números
redondos sea puramente medieval. O en otras palabras, un tesoro que hay que
proteger.
La
recomendación es conocerlo en el mismo sentido que lo conocen más de treinta
mil peregrinos anuales. Es decir, carretera nacional a Ordes, desvío a la
derecha justo tras el bar Orense y, al llegar a la encrucijada con la iglesia a
la diestra, seguir de frente. Abajo de todo está el puente medieval (oculto por
el moderno) y ahí llama la atención la primera señal del Camino Inglés. Mejor
seguir en coche hasta que la ruta jacobea se aparta del asfalto.
Quizás
alguien se sorprenda inicialmente, puesto que se encuentra por el medio de una
repoblación de pinos, los cuales por supuesto de medievales no tienen nada.
Pero cuando empieza a poner un pie delante del otro la pista se convierte en el
varias veces centenario sendero que va a cruzar un minúsculo arroyo y a partir
de ese punto comienza el ascenso, suave al principio.
El caminante
llega al pequeño núcleo habitado de Os Carrás (atención al venerable horno de
la vivienda de la derecha), cruza una pista y queda a la vista un área de
descanso también de dimensiones reducidas pero que se agradece lo mismo que si
fuera monumental. Al dejar las casas a la espalda arranca la subida propiamente
dicha, fantástica, maravillosa, una congostra con vegetación autóctona. Y
cuando los pies pisan en lo más alto y cambia el paisaje, queda atrás el
municipio de Ordes y al frente el de Oroso. Seguro que el padre Sarmiento
sonreirá desde donde esté al comprobar que el sendero que él holló continúa
siendo frecuentado. Lo dicho: una joya.
Dificultad: Es un tramo para todos los públicos. La subida final
muestra una respetable pendiente, pero son solo 450 metros que se deben acometer
con calma para gozar de ellos.
Cristóbal Ramírez
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