Velaquí unha carta
publicada no xornal El Ideal Gallego o 2 de setembro de 1923 onde un veciño de
Bembibre se queixa do cacique local e pide ao diputado polo distrito de Ordes,
Alfonso Senra, obras na súa vila.
Se espera aquí de un momento a otro la llegada del diputado a Cortes por
el distrito, don Alfonso Senra, cuya visita hace días que tiene anunciada. Con
tal motivo el cacique local despliega estos días gran actividad para recibirlo
y agasajarlo, y el pueblo ¿qué sabe el pueblo quien es Senra? Dudamos que
llegue a una veintena el número de personas que sepan aquí que Senra es su
diputado. Mas no importa; sea bienvenido, don Alfonso, que bien merece este
rinconcito que, así como es lo mejor del distrito que usted representa, una
mirada "reparadora" de sus ojos benévolos y compasivos: repare, don
Alfonso, mire, escudriñe y verá ... verá cosas verdaderamente peregrinas que le
convencerán de que su distrito se compone de algo más que de la villa de
Órdenes, de que son tan electores los de aquí como los de allí y de que, por lo
mismo, merecen, sino mejor, igual trato y consideración. No es que protestemos
envidiosos por los favores que usted dispensa a la villa y sus habitantes: nos
parecen de perlas las carreteras a Carballo y a Buján, las aceras y el adoquinado
y aplaudimos sus promesas de mayores mejoras que serán en breve realidad; pero
más de perlas nos parecería y le más le aplaudiríamos, por ser de interés más
vital, el que usted se interesase por la terminación de la carretera
Santiago-Carballo que pone en contacto dos zonas de las más ricas de Galicia.
Pero dejemos esto aparte y fijémonos -no dudamos que usted se fijará- en
algunas "cosas" de "dentro", que dicen mucho en pro del
"interés de nuestra administración local por el bien público". Prescindiremos
de "pequeñas cosas", como lo de la cartería, que debiendo estar donde
estuvo siempre, en Bembibre, en el centro del Ayuntamiento, la tiene en su casa
el cacique, desde donde reparte la correspondencia de Santiago, por ejemplo, a
los ocho días de su fecha y los periódicos cuando a él "le da la
gana", razón por la que aquí apenas hay suscriptores, y llamaremos su
atención sobre el asunto de mayor interés para el municipio: el camino de
Bembibre.
Bembibre, poblado situado en el corazón del valle del Dubra, a la orilla
derecha del río de igual nombre, con un número de habitantes muy superior a los
demás del término municipal, con buena planta de edificios modernos, en su
mayor parte dedicados a establecimientos comerciales de venta al detalle, y, sobre
todo, con sus dos ferias al mes que se celebran el primer lunes y el tercer
martes de cada uno; Bembibre, por todo esto, aparte su rica y abundante
producción, es cual usted en justicia habrá de reconocer, el pueblo de mayor
importancia del contorno, importancia que se multiplicará el día que termine la
carretera de Santiago a Carballo, por situar en el punto medio de la distancia
que separa ambas poblaciones. Pues a pesar de esas circunstancias, admira y
pasma a propios y extraños el abandono en que la tiene la autoridad local: de
la aludida carretera de Carballo sale un ramal hacia el poblado del que solo se
construyeron, hace unos veinte años, unos doscientos metros, siguiendo una
antigua vereda de una anchura de seis a ocho metros que lo cruza a lo largo
hasta el campo de la feria que dice al suroeste del mismo; esta vereda en
cuanto llueve un poco, dado lo arcilloso del suelo, se pone intransitable, y
durante el invierno imposible.
La iniciativa privada intentó ponerla en condiciones de camino vecinal,
pero fue ahogada por la promesa de la alcaldía de hacerlo a costa del
presupuesto municipal. Pasaron unos cuantos años al cabo de los cuales, en el
de 1920, el cacique manifestó públicamente el propósito de construir el camino,
para lo que disponía de la cantidad suficiente; los vecinos vieron el cielo
abierto cuando, en efecto, fueron invitados a portar gratuitamente la piedra,
pero no tardó en empañársele de nuevo, pues cuando ya habían transportado una buena cantidad de ella surgieron aquí
aquellas cuestiones con motivo de la aplicación del R.D. de 11 de septiembre de
1918*, y el cacique "tuvo que suspender las obras hasta que cobrase el
consumo". Se repartió y cobró el consumo pero la piedra que los vecinos de
Bembibre trajeron para hacer su camino continúa en el mismo estado obstruyendo
el tránsito de vehículos y personas.
Bien está, don Alfonso, que usted conceda al cacique un camino vecinal
para ir él cómodamente hasta su casa -que otra utilidad no ha de prestar- pero
de paso, a usted poco le cuesta pedir más pesetas para hacer el de Bembibre,
incomparablemente más barato, más útil e interesante que aquel. Y los vecinos
de aquí y los de fuera, por ser Bembibre punto céntrico de la extensa y rica
comarca comprendida entre Santiago, Órdenes, Carballo y Negreira, le recibirán
como a su hijo predilecto el día que sepan que a usted le deben un camino que,
siguiendo la vereda de referencia, al llegar al centro del poblado se bifurque
en dos: uno a Páramos, a enlazar con la carretera de Vimianzo, y el otro a
Malvárez con la carretera en construcción de Carballo a Santa Comba.
Mientras tanto, don Alfonso, no le extrañe que el pueblo de Buján le
reciba con apatía y frialdad, y hasta con desconfianza, como a un desconocido:
este pueblo es gueno*, es leal, es viril; pero es un pueblo que por unos y por
otros ha vivido siempre sumido en el abandono, en el oprobio, siendo
escarnecido, vilipendiado y envilecido por todos aquellos que han venido a
hablar de su felicidad y redención: esto justifica su desconfianza.
Bujan, agosto de 1923 UN VECINO.
* Decreto do político conservador Augusto González Besada que pretendía
limitar o poder dos caciques á hora de cobrar os impostos. O cacique era Celestino Amigo Oreiro e o alcalde de "Buján", desde había moitos anos, era José
Gándara Parcero.
Escrito así no orixinal.
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